Al fin, se durmió

Bueno, después de tantos años, iba a poder tener una charla con él. Siempre le había parecido un "chico" muy lindo; a pesar de que cuando lo conoció, ella era para él, un estorbo, una mocosa que lo único que hacía era molestar.
Sin embargo, el tiempo no había cambiado para nada lo que había sentido desde el primer segundo en que lo vió. El brillo de sus ojos, su sonrisa...
El sonido del celular, la volvió a la realidad. Miró la pantalla, y haciendo una muesca de incomodidad con la cara, atendió.
-Hola Alvaro...
-Hola, Florcita. Cómo estás?
-Bien, un poco cansada. Ya me estaba por ir a la cama.
-Si, te noto cansada. Mucho trabajo? No es por reprocharte nada, pero te dije que iba a ser muy complicado.
-Si, es verdad.
-Te cuento que ya hable con la gente del hotel por la fiesta. Hay un montón de cosas que me preguntan que me gustaría que resolviésemos juntos...
-Para Alvaro, para- lo interrumpió - Faltan más de seis meses para el casamiento.
-Sí, pero vos sabés como soy, que quiero que esté todo en su lugar y a su debido tiempo...
-Alvaro, me muero de sueño. Te llamo mañana.
-Bueno amor, pero no te olvides de hablar con la modista, y de llamar a...
-Alvaro, hasta mañana, que descanses - alcanzó a decir antes de cortar.

Ni bien apoyó su cabeza en la almohada y cerró sus ojos, un remolino de pensamientos la invadió. Al fin, se durmió, y soñó con el encuentro del viernes.