Lo malo de las excusas es que siempre vas a encontrar alguna
para lo que sea que la necesites...
Lo malo de las excusas es que siempre vas a encontrar alguna
para lo que sea que la necesites...
Después de muchos años, nos volvimos a ver.
- ¡Estás igual! - me dijo.
(Más tarde descubrí, que no había sido en piropo)