CAPITULO V
En las oficinas, el rumor de una filtración en la seguridad, ya se escuchaba por los pasillos. Se decía que había un espía entre los agentes... todos comenzaban a sospechar... de todos. El clima se hacia, cada vez, más intolerable.
-Esto es culpa mía- repetía Net, debería haberlo acompañado.
-Usted cumplía con una orden, agente- le contestó el comisionado -Acá, las ordenes las doy yo; y soy el responsable de todo lo que pasa.
-Ok, Comisionado... pero debería haberlo acompañado.
-Está bien Net, dígame, quien es la "persona" que lo acompaña?
-Es Jacinto Rivarola, un hombre que fue a comprar unas gaseosas en la despensa de su barrio, despensa hasta la que yo había llegado siguiendo a unos delincuentes, que creo, están relacionados con la causa de la explosión del puerto. -Ajá, y ahí adquirió la "forma" de botella descartable 2 litros y cuarto de Pepsi...
-Y bueno jefe, no todos tiene la suerte de poder tomar champagne Don Perignon como usted!!
-Bueno, no por estar en un bar de mala muerte voy a perder mi buen gusto !! Cambiando de tema, para que lo trajo, no va a creer que a todos los que se transformen los vamos a convertir en agentes...
-Jefe, me parece que nos puede ser de mucha ayuda... además perdimos al agente Quilmes... y necesitamos gente nueva, limpia, sin contaminar.
-Bien, vamos a ver que datos tenemos. Sabemos que todo comenzó con el robo de los conteiners de la Central Nuclear de Atucha. Todos nosotros nos convertimos en lo que estábamos tomando, o la bebida que teníamos cerca, al momento de la explosión; los ingenieros que trabajan en ese experimento desaparecieron... y nada más.
Mientras tanto, en la clínica, se reponía del golpe Mirtha Esther.
-Qué pasó, donde estoy?-
-Cálmese, señora- dijo la enfermera - Usted sufrió un fuerte golpe en la cabeza.
-Ah, ya recuerdo... y donde está Jacinto, que le pasó a Jacinto- preguntó mientras comezaba a inquietarse.
-Cálmese, señora, aquí están el Comisario y el Jefe de Bomberos, que le quieren hacer unas preguntas.
Ni bien entró el Jefe de Bomberos a la habitación, Mirtha Esther comenzó a gritar.
-Yo sabía que se iba a poner así cuando nos viera- dijo el Jefe de Bomberos, mientras aplicaba nuevamente un golpe en la cabeza, ésta vez, con el mango de su hacha; y decía -Las mujeres entienden de una sóla manera las cosas...-
-Esto es culpa mía- repetía Net, debería haberlo acompañado.
-Usted cumplía con una orden, agente- le contestó el comisionado -Acá, las ordenes las doy yo; y soy el responsable de todo lo que pasa.
-Ok, Comisionado... pero debería haberlo acompañado.
-Está bien Net, dígame, quien es la "persona" que lo acompaña?
-Es Jacinto Rivarola, un hombre que fue a comprar unas gaseosas en la despensa de su barrio, despensa hasta la que yo había llegado siguiendo a unos delincuentes, que creo, están relacionados con la causa de la explosión del puerto. -Ajá, y ahí adquirió la "forma" de botella descartable 2 litros y cuarto de Pepsi...
-Y bueno jefe, no todos tiene la suerte de poder tomar champagne Don Perignon como usted!!
-Bueno, no por estar en un bar de mala muerte voy a perder mi buen gusto !! Cambiando de tema, para que lo trajo, no va a creer que a todos los que se transformen los vamos a convertir en agentes...
-Jefe, me parece que nos puede ser de mucha ayuda... además perdimos al agente Quilmes... y necesitamos gente nueva, limpia, sin contaminar.
-Bien, vamos a ver que datos tenemos. Sabemos que todo comenzó con el robo de los conteiners de la Central Nuclear de Atucha. Todos nosotros nos convertimos en lo que estábamos tomando, o la bebida que teníamos cerca, al momento de la explosión; los ingenieros que trabajan en ese experimento desaparecieron... y nada más.
Mientras tanto, en la clínica, se reponía del golpe Mirtha Esther.
-Qué pasó, donde estoy?-
-Cálmese, señora- dijo la enfermera - Usted sufrió un fuerte golpe en la cabeza.
-Ah, ya recuerdo... y donde está Jacinto, que le pasó a Jacinto- preguntó mientras comezaba a inquietarse.
-Cálmese, señora, aquí están el Comisario y el Jefe de Bomberos, que le quieren hacer unas preguntas.
Ni bien entró el Jefe de Bomberos a la habitación, Mirtha Esther comenzó a gritar.
-Yo sabía que se iba a poner así cuando nos viera- dijo el Jefe de Bomberos, mientras aplicaba nuevamente un golpe en la cabeza, ésta vez, con el mango de su hacha; y decía -Las mujeres entienden de una sóla manera las cosas...-