Seis meses

Viernes, 23 horas. Llegué puntual. Desde donde estoy veo perfectamente la puerta de entrada. Ya me estaba asustando, creyendo que no iba a venir; pero ahí está, con su sonrisa, buscándome... sus ojos se encuentran con los míos...
-Hola Fede, llegué un poquito tarde.
-Hola Flor, no importa, ya estás acá- le digo, mientras la tomo de su mano y arrastro hacia afuera. -Vamos a otro lugar, más tranquilo- Ella dice que sí con una sonrisa y comenzamos a caminar.
-Que loco esto de encontrarnos, después de tanto tiempo, no te parece Flor?
-Si... y no.
-No entiendo
-Si, es verdad que es loco esto de encontrarnos después de tanto tiempo... pero no es casualidad que nos hayamos encontrado. En realidad, creo que yo te estaba buscando, creo que todo este tiempo te estuve buscando.
-Bueno, ahora sí que no entiendo nada.
-Desde el momento en que te vi me gustaste. Obviamente, yo no existí para vos en esas semanas, y siendo tan niña como era, me dedique a molestarte, tratando de llamar tu atención.
Después de esas vacaciones, la empresa trasladó a mi viejo a Mar del Plata, y desde entonces, allí vivo. Hace unos meses, la compañía en donde trabajo estaba teniendo problemas con la materia prima que recibía y decidieron enviar a alguien para realizar los controles desde la acería misma. En una de las reuniones preguntan quién esta dispuesto a viajar. Yo, realmente no tenía la menor intención de hacerlo esta que escuché en donde quedaba la planta... y pegué un grito, diciendo que aceptaba hacer el o los viajes necesario para el control de nuestra materia prima, por el bien de la empresa etc, etc.
Las semanas previas al viaje, me la pasé buscándote, hasta que te ubiqué.
-Para, para, son muchas cosas Flor. Vamos a mi departamento a tomar un café y me seguís contando.
-Dale... pero antes, tengo algo que decirte Fede... en seis meses me caso.

Al fin, se durmió

Bueno, después de tantos años, iba a poder tener una charla con él. Siempre le había parecido un "chico" muy lindo; a pesar de que cuando lo conoció, ella era para él, un estorbo, una mocosa que lo único que hacía era molestar.
Sin embargo, el tiempo no había cambiado para nada lo que había sentido desde el primer segundo en que lo vió. El brillo de sus ojos, su sonrisa...
El sonido del celular, la volvió a la realidad. Miró la pantalla, y haciendo una muesca de incomodidad con la cara, atendió.
-Hola Alvaro...
-Hola, Florcita. Cómo estás?
-Bien, un poco cansada. Ya me estaba por ir a la cama.
-Si, te noto cansada. Mucho trabajo? No es por reprocharte nada, pero te dije que iba a ser muy complicado.
-Si, es verdad.
-Te cuento que ya hable con la gente del hotel por la fiesta. Hay un montón de cosas que me preguntan que me gustaría que resolviésemos juntos...
-Para Alvaro, para- lo interrumpió - Faltan más de seis meses para el casamiento.
-Sí, pero vos sabés como soy, que quiero que esté todo en su lugar y a su debido tiempo...
-Alvaro, me muero de sueño. Te llamo mañana.
-Bueno amor, pero no te olvides de hablar con la modista, y de llamar a...
-Alvaro, hasta mañana, que descanses - alcanzó a decir antes de cortar.

Ni bien apoyó su cabeza en la almohada y cerró sus ojos, un remolino de pensamientos la invadió. Al fin, se durmió, y soñó con el encuentro del viernes.

Listo, a las once.

-Hola, Flor ?
-Si, quien habla ?
-Yo... quiero decir Fede; Federico !
-Hola Fede !! Que bueno que llamaste, creí que no te ibas a animar a llamarme.
-Mirá, no te llame antes porque estaba con quilombo en el laburo.
-Ok, no hay problema.
-Che, ya recordaste de donde te conozco?
-Creo que sí, unas vacaciones en San Bernardo... puede ser ?
-Sííí, muy bien. No creí que lo recordaras.
-Como no me voy a acordar , con lo que rompiste las pelotas !!
-Epa, que rencoroso... tenés que comprender, yo era una niña...
-Bueno, ya está, ya pasó, cambiemos de tema.
-Dale.
-Querés que el viernes nos veamos ?
-Huy, buenísimo. De paso, te puedo demostrar que ya cambié; que ya no soy más una pendeja rompebolas...
-Te paso a buscar por...
-No, mejor nos encontramos en el café que hay en la esquina de la oficina, te parece?-
-Listo, a las once.
-Ok, besos.

-Hey, en que te quedaste pensando- me preguntó Nacho.
-En, nada, Nacho, en nada- le conteste mientras mi mente trataba de acomodar la imagen de la niña, con la de esta "nueva" mujer. No sé porqué, pero tenía esa sensación en el estómago de...

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Florcita !

-Hola, Nacho, soy Fede.
-Bien, vos?- Me alegro.
-No, no se murió nadie...
-Decime una cosa, donde carajo andaba yo hace 15 años ?
-No, no me fumé nada raro, lo que pasa es que el viernes fui a la casa de Martina, y me encontré con una mina que se parte al medio de lo buena que está. Me parecía conocida, pero Martina me dijo que era imposible porque...
-Sí Nacho, ya se que son las tres de la mañana. Pero con alguien tenía que hablar. El punto es que la mina me dijo que me conocía. Que hacia más de quince años que me conocía y sabía el nombre de Caro; y yo te digo la verdad, no tengo ni idea de quien es.
-Dale, nos vemos mañana.

Nacho, entró al bar con la almohada todavía pegada a la cara.
-Que haces, nabo. Flor de cagaso me hiciste pegar anoche.
-Sentate, ya te pedí un café, doble.
Mientras desayunábamos, le conté como había sido todo.
-Y que te dijo?
-Quien?
-La mina... no la llamaste todavía?
-No, quería tener una idea de donde me podía conocer...
-Para Fede, para. Flor..? Florcita ..? Te acordás del verano en San Bernardo, que fuimos con tus viejos y una familia amiga de ellos. Que tenían dos hijos; la mayor, de diez "añitos", no le decían Florcita..?
-Siiiiiiii, tenés razón !!!! Era insoportable... - y se me vinieron las imágenes a la cabeza. Me acuerdo que quisimos meter una mina en el departamento, cuando mis viejos estaban en la playa y nos entregó atados.
-Ja, ja !! "Flor" de quilombo se armó.
Nos reímos durante un buen rato. -La vas a llamar- me preguntó Nacho. -Ya mismo- contesté, mientras comenzaba a marcar el número que me había dado Martina.

Lo prometido es deuda...

No me di cuenta que Martina me hablaba.
-Fede, aterriza- me decía, mientras me miraba sorprendida. -Te pegó fuerte Flor...
-Me dijo que me conocía, y sabía que mi hermana se llama Carolina.
-Realmente no sé que decirte, hace una semana que está en la oficina; quedate tranquilo que el lunes la ato a una silla y te consigo toda la información !!
-Ok - le dije mientras buscaba que tomar.

Lunes dos de la tarde suena el celular:
-Hola Martina !!!
-Fede, lo prometido es deuda.
-Bien, contame, dale !
-Mira, en realidad, es como que ella estaba esperando que yo le preguntara. Me dijo que hacía más de quince años que te conocía, y que si querías más datos, directamente se lo preguntaras a ella. Tomá nota de su celular. Más, no me pidas.
-Gracias Martina, te debo una.

Me quede mirando el número que había escrito. Quince años... Donde carajo estaba yo, hace quince años.

Yo te conozco

-Fede, que bueno que viniste ! - gritaba Martina, mientras se acercaba con los brazos abiertos.
-Ya conociste a Flor, vení que te presente a los otros- y me arrastro del brazo presentándome a sus nuevos compañeros. Yo no podía dejar de mirar a "Flor". Me parecía que la conocía de antes. Tenía un aire a... y no podía recordar.
Cada vez que la buscaba, encontraba sus ojos, mirándome. Poco a poco los demás se fueron yendo. Martina, como buena anfitriona que es, me perseguía ofreciéndome algo para comer o tomar.
-Che, Martina, de donde salió Flor, me parece conocida.
-No creo que la conozcas, vive en Mar del Plata, es Ingeniera Metalúrgica. Creo que vino por un congreso o un posgrado...
Al fin, cuando no éramos más de cinco o seis, pude acercarme a ella.
-Vos sabes que ...
-Yo te conozco- se adelantó ella-Vos tenés una hermana que se llama Carolina?-
-Si !!
-Viste, yo te conozco- repitió sonriendo, me dió un beso, tomó su abrigo y desapareció.